Se adentran por un túnel subterráneo, los artesanos van delante pálidos por el miedo. El hombre que les sigue no tendría ningún miramiento en matarlos si encuentra algo que no es de su agrado. Ronda la cincuentena y ha conseguido poner fin a 250 años de la llamada guerra de los estados. Ha sometido a todos los reinos en guerra y los ha unido bajo su mando, enlazando en la leyenda con los dioses-emperador origen de la civilización china. Pero el es real, muy real.
Los artesanos han comenzado a hablar y Qin Shihuang deja de vagar en sus pensamientos y los hace callar, quiere disfrutar en silencio de su gran obra. Ante él la vanguardía de su ejercito forma en 3 filas un total de 204 arqueros, sus guerreros, sus mejores guerreros que le acompañarán en la otra vida.
Avanzan a través de la formación, cada soldado tiene una expresión propia, algunos con bigote, otros con barba pero todos serios y preparados para el combate. Los artesanos callados van delante abriéndole el camino, mirando de reojo no sea que su amo se pare. Los guardaespaldas no dan crédito a lo que ven. Saben que son unos privilegiados, que esta maravilla está vedada al resto de mortales, sólo los artesanos y los miembros más destacados de la corte tienen acceso a este lugar. Lo que no saben es que para preservar el lugar en secreto serán sacrificados nada más volver al palacio.
Llegan a la altura de una carroza de bronce con 4 caballos todo pintado de color blanco. Va conduciendola un cochero, Qin Sihuang se queda un momento mirando la figura, zapatos negros, pantalón púrpura. Parece ropa de verdad. En la cintura tiene el cinturón con su hebilla, asoma una ropa verde por debajo de la negra armadura y en la cabeza un gorro blanco completa la figura. A ambos lados 2 lanceros completan la escena. Llevan espadas y lanzas, en la carroza hay un escudo de bronce con decoraciones de dragón.
Siguen avanzando por la vanguardia del ejército formada ahora por un millar de guerreros, caballos y varios carros de madera, divididos en 4 escuadrones.
Uno de 160 ballesteros de pie, 172 agachados con una rodilla en el suelo. Están decorados y tienen todos los detalles, la bolsa con las flechas, las ballestas, tienen diferentes tocados en el pelo, pañuelos que indican su graduación, los guardaespaldas se fijan que tienen hasta los cordones de los zapatos. Nadie los diferenciaría de uno real.
Otro escuadrón de 64 cuádrigas de madera como la que han visto antes. Otro de caballería dirigido por 6 cuádrigas y seguido por 108 jinetes cada uno andando delante de su caballo. Y por último un escuadrón mezclado de cuádrigas, infanteria y caballeria.
Un ejército impresionante para cualquiera pero Qin Shihuang está acostumbrado a comandar un gran número de personas. De su imperio de 20 millones de personas ha tenido a 2 millones realizando trabajos forzados. Ha conseguido dividir su imperio en provincias gobernadas por sus ministros, ha fortalecido y juntado las murallas de los reinos conformando lo que se conocerá como la gran muralla y ha creado una red de carreteras y canales. Conquistó los territorios de lo que hoy se conoce como Corea y Vietnam. Tampoco ha tenido ningún tipo de comtemplaciones con la gente de letras, mandó quemar miles de libros, asesinó a 400 intelectuales en la capital y en otra ocasión, más de 700 fueron enterrados vivos cerca de su mausoleo, todo para evitar cualquier oposición a su reinado.
La gente le teme, los artesanos y sus guardaespaldas le acompañan aterrados, saben que su vida no vale nada en los tiempos que corren. Qin Shihuang está contento con el trabajo hecho, los artesanos se atreven a comentarle los progresos que han hecho en la sala de los acróbatas y con el estanque de las grullas pero el emperador se encuentra cansado y quiere volver a su palacio.
Qin Sihuang mandó empezar a construir su mausoleo nada mas morir su padre cuando el contaba con 13 años de edad durante 38 años se ha estado trabajando en esta gran obra.
En el palacio Qin Sihuang recibe una misiva de su ministro Li Si encargado de la obra poniéndole al día de los trabajos de la tumba:
Yo su servidor, con 720 mil trabajadores ya llegamos a tal profundidad que ya no se enciende el fuego. Las rocas se oyen huecas. Parece que ya llegamos hasta el fondo de la tierra. Ya no podemos más.
Qin Sihuang se levanta, hace llamar un escriba y le manda una nueva orden:
Entonces ¿Por que no ampliarla?.
Qin Sihuang no vivió muchos años más, durante un viaje en busca de la longevidad, enfermó y murió. El terror que sembró durante su vida se rebeló nada más morir y su corte con su hijo tuvo que huir apresuradamente del ejército rebelde. La dinastia Qin como imperio sólo sobrevivió 15 años a su muerte pero dejó lo que fue la base de la sociedad feudalista china.
Las descripciones históricas suponen que el interior del mausoleo es un enorme palacio subterráneo con grandes tesoros. Se construyó un gran túmulo para esconderlo que medía 115 metros de altura. China está esperando a tener la tecnología lo suficientemente avanzada para poder desenterrar esta maravilla sin provocar grandes daños, mientras practican con otros cientos de tumbas que todavían están por abrir.
PD: Para realizar este post he utilizado como documentación el libro del museo que lo compré allí mismo como detalle lo tengo firmado por el agricultor que descubrió los guerreros cuando estaba haciendo un pozo. Tenerlo allí, firmando libros, era un poco de atracción de feria pero no se puede dejar de sentir la sensación de estar tocando la Historia aunque sea de suerte este hombre ha sacado a la luz una de la maravillas de este mundo.
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