Guilin
Guilin, es la ciudad turística china por excelencia, todo está pensado por y para el turismo. Cuenta con una protección especial del gobierno que se concreta en la gran cantidad de zonas verdes que hay por todas partes y que por ejemplo todas las motos que circulan son eléctricas, totalmente silenciosas, un delicia, vaya.
Está en la provincia de Guangxi, que es una de las regiones autónomas de China (como Tibet o Hong Kong), esto es así porque en esta provincia la mayoría étnica es diferente a la habitual de China (los Han) y por eso cuentan con un régimen distinto al resto. Esto se traduce en una mayor libertad tanto económica (impuestos) como social (en esta región no se lleva el control de natalidad y no hay la restricción de 1 sólo hijo). Además en la provincia hay muchas más minorías étnicas me parece que había unas 40 de las 56 que hay en toda China.
Todo esto crea un clima especial que se nota en la gente y en el ambiente, trajes típicos, personas ,souvenirs, etc,, en esta zona también se vigila que no haya excesivos problemas con la polución. La desventaja es que más que una ciudad (o zona de) china parece más un parque de atracciones preparado para los turistas.
Nuestro guía se llamaba Pepe, un chico joven pero un poco mayor que Juan, nos comentó que el era de Beijing y que había estado de guía por toda China, y ahora estaba en Guilin. Muy despejado solía estar todo el rato soltando frases hechas, que si la flauta de Bartolo (por lo de la flauta de caña) que si esto es de gola, sí sí de gola, glatis. Nos llevaba al sitio, nos daba una breve explicación y por faena, muy espabilado, el Pepe, un poco demasiado…
El hotel que teníamos en Guilin era el Guilin Park, un pedazo de hotel por fuera que por dentro estaba entre 3 o 4 estrellas, no llegaba a la altura de los de las grandes ciudades pero tampoco nos podemos quejar.
Por la mañana (siempre salíamos del hotel entre las 8, 8:30, nada de pegársenos la sábanas), nos llevaron con autobús a coger el barco para hacer el crucero por el rio Li. Como había un rato de trayecto hasta llegar, Pepe aprovechó para indicarnos las excursiones opcionales que teníamos por la tarde, que teníamos varias: masajes, cena de la serpiente, visitar el centro de la ciudad, espectáculo étnico y por la noche un paseo en barca a recorrer los puentes de Guilin, tras ciertas deliberaciones decidimos…..hacerlo todo a excepción del espectáculo étnico (creo que todavía nos duraba la fobia de la ópera) sólo un compañero del grupo que le gustaban esos temas se decidió a ir por lo que quedamos que mientras él veía el espectáculo el resto aprovecharíamos para visitar el centro.
Con estas llegamos a coger el barco, Pepe nos comentó que en esa época el barco se cogía más arriba del comienzo del circuito, con lo que nos ahorrábamos autobús pero íbamos más rato en barco (una cosa por la otra). Subimos al barco preocupados por el tiempo porque amenazaba lluvia pero conforme empezamos a bajar por el río empezó el sol a asomar, no clareó pero por lo menos no llovió. Pepe nos dijo que la media de la zona era de 40 días que no llovía en todo el año, así que tuvimos suerte porque en el barco vas en la parte de arriba disfrutando del viaje.
Aunque el circuito empezaba más abajo nada más subir al barco ya nos pusimos en la parte de arriba, a disfrutar de las vistas. El paisaje es muy bonito, el rio todo rodeado de colinas karsticas (blancas) cubiertas por un manto de vegetación verde, verde. A mi lo que me pasó es que me había empapado tanto de la zona y lo tenía tan visto que cuando estuve allí pensé que era exactamente lo que me esperaba, por eso si tenéis pensado ir mejor que no veáis mucha cosa y esperaros a verlo allí. Yo lo hice para decidir si valía la pena ir ( y puedo deciros que sí que vale la pena), os pongo una foto para que os hagáis una idea y listo:
También cuenta el hecho que estuvimos casi 5 horas en el crucero así que es normal que te acabe colapsando un poco pero bueno….Sigo con el relato del crucero. Al poco de despegar..digo de….. zarpar eso… vemos como se nos acercan unas barcas de bambú con un par de chinos, al principio pensamos que era algo pensado para los turistas, para hacer fotos…pero que va, eran vendedores que se enganchan con las barcas al lado del barco y te venden gorras, camisetas, etc….
Nada más entrar nos quedamos en la parte baja del barco, allí había unas filas de asientos con mesas en el medio, nos dieron un mapa del crucero y un peine de madera con forma de elefante (todo de gola, de gola, glatis, no pagal).
Durante el crucero las colinas se van sucediendo cada una de una forma a la que los chinos (supongo que un poco aburridos) le han ido imaginando una comparación con algo, hay la colina de los caballos, de los cuernos, etc…
Al rato unos camareros aparecieron con unas tapas de animalillos, escorpiones, gambas, serpientes, etc todo rebozado, a 5€ la tapa de bicho, nosotros pillamos una de gambas que estaban buenas. También sacaron unas copas de un licor (no me acuerdo de que) pero esto ya casi nadie lo cogió porque pedían 3€ por una copita.
Comimos en el propio barco, en la segunda planta instalaron un bufet muy chino, poca variedad de cosas, sucio, sin cubiertos y con un montón de chinos hambrientos alrededor = casi no comimos nada.
El crucero acaba en el pueblo de Yangshuo, meca de los mochileros y donde el 99% de la población se dedica al turismo. Nada más bajar del barco se nos echó encima un enjambre de vendedores y un pescador con un par de cormoranes que nos pedía 2€ por fotos (regateables claro pero tiramos pa’lante).
Pepe nos guió por una calle toda llena de tenderetes de recuerdos y de imitaciones, hasta una parada que nos servía de referencia, nos explicó que era de una minoría étnica, no recuerdo el nombre pero se caracterizaba por sus adornos de plata, ahora se dedicaban a hacer unas muñecas de recuerdo preciosas.
Nos dejó una hora para hacer compras (las camisetas de Custo a 3,5€ el sitio más barato de toda China). Desde Yangshou se hacen las excursiones para ver las terrazas de arroz y las mujeres, de no sé que otra minoría, que no se cortaban el pelo y les llegaba a los tobillos.
Luego para el hotel a adecentarnos y para los masajes. Los masajes son especialidad de la minoría Tong, esta sí que me acuerdo. Se ve que los hombres se partían el lomo en las terrazas de arroz y llegaban por la noche con los pies reumáticos perdidos, las mujeres entonces se dedicaban a masajearles los pies a ver si arreglaban algo….con el tiempo se ve que fueron aprendiendo y ahora han montado un centro en el que se pueden llegar a hacer 400 masajes a la vez.
Nos pusieron en una habitación de 7 personas y nos pusieron a cada uno un masajista inverso….a cada hombre una chica y a cada mujer un chico ¿Qué habíais pensado? Digo chico/as porque eran realmente jóvenes, es difícil precisar la edad de un chino pero no creo que llegaran a los 16 años.
El masaje Tong consistía en tres cuartos de hora de masaje en los pies y un cuarto en el resto del cuerpo, por si alguien no lo sabe los masajes se hacen vestidos. El pie te lo tocan de todas las formas posibles y te aprietan hasta que no aguantas más y dices basta con la mano. Se ve que cuanto más aguantes mejor (yo creo que es su forma de vengarse de los clientes…) y si en algún sitio te hace daño enseguida es que tienes alguna parte del cuerpo mal. Nos dieron un dibujo de los pies que los relacionan con las partes del cuerpo, reflexoterapia, como podéis ver en la wikipedia es un término polémico ya que hay gente que cree a pies juntillas (jeje) y por el contrario hay gente que lo pone en cuarentena…por lo menos. El masaje cuesta 10 € y la propina a voluntad (le di 2€).
Como habíamos comido pronto nada más salir nos dirigimos al restaurante a cenar (no recuerdo el nombre pero sí que hacía esquina y que tenía pinta de occidental. Era un restaurante para turistas en los que hacían platos exóticos y comida occidental (supongo que exótica para los chinos). En la zona corre el famoso dicho que seguro que habéis leído alguna vez y sino es que bien poca información de china habeís buscado de: “Si tiene cuatro patas y no es una silla; si nada bajo el agua y no es un submarino; si vuela y no es un avión, los cantonenses se lo comen”.
Pues eso desde “un tipo” de perros, pasando por ratas “de campo”, cerebros de mono a lo vivo (esto no lo habéis oído pues imaginar que puede ser?) y por supuesto la omnipresente serpiente. Es una turistada, sí vale de acuerdo, pero cuando vuelves y comentas el viaje con la gente el top five de sitios que recuerdas es: la muralla, los guerreros, los rascacielos de Shanghai y en dura pugna la ciudad prohibida y la serpiente…sí señores sí admitámoslo, lo de la serpiente da mucho juego..por algo será.
En el restaurante te sacan la serpiente en una red, el precio de la serpiente varía en función de su “venenosidad”, es decir, cuanto más venenosa más cara, no sé si era muy venenosa la nuestra pero salía a 60€ el kilo, no quiero ni pensar lo que debe costar una de las de aquí. Después de aceptar la serpiente (pesaba kilo y medio para 10 personas no está mal) la sacan de la red y dejan que le hagan fotos a la bicha (vergüenza ajena pero yo allí como un torete haciendo fotos), después dejan que la gente más aprensiva se aleje y le cortan la cabeza.
Con la sangre y las vísceras hacen un licor, lo probé y sabía como cuando te sangra el labio mezclado en un chupito de tequila. Y se llevan la serpiente para preparla. Mientras comida occidental de la buena, hubo alguno que se pidió hasta un chuleton, pero cosas de la vida algo le echaron a la carne que se ve que recordaba a Chino. Sacaron la serpiente a cachitos rebozados que parecía pescadilla, el trozo parecía pescado pero al morderlo había carne como la de conejo, saber lo que se dice saber no sabía a nada distinguible, digamos que no es que sea un manjar delicioso, se prueba porque es la turistada pero nada más.
Volviendo al tema de los animales, Pepe nos comenta que los chinos comen animales porque los respetan mucho y que creen que al comerlos “adquieren” las mejores características de los animales, no sé no sé…..los chinos son muy chinos que os voy a decir.. Ahora que comento esto recuerdo que Pepe también nos dijo que no estábamos lejos de Vietnam y que era típico que los chinos fueran a hacer turismo sexual a Vietnam ya que es un país mucho más liberal que China, no sé que tiene que ver una cosa con la otra pero me ha venido a la cabeza…o igual tiene algo que ver.
Para terminar con este temita os pongo un link a lo de comer cerebro de mono vivo, dándole una vuelta de tuerca para hacerlo más ameno:
http://www.gustavocoronel.com.ar/Humanos-por-Animales.html
Bueno, total que al salir del hotel, Pepe nos lleva hasta el centro y nos deja 2 horas para que lo veamos mientras el se lleva al compañero a disfrutar del espectáculo étnico. Nos dice que a cierta hora (no sé si 7 u 8 de la tarde) vayamos a un punto determinado y quedamos en la entrada de un hotel, muy habitual porque es muy céntrico.
2 horas paseando y viendo tiendecitas y puestos. Se hace ameno el pasear a tus anchas. Nos entretenemos y cuando nos reunimos con Pepe nos comenta que a la hora que hemos quedado desde lo alto del hotel sale una cascada que va a parar al lago que hay en la planta baja del hotel.
Sobre la mitad del paseo la barca se para y se acercan un par de barcas por cada lado del barco, pero no eran vendedores sino un par de pescadores que nos hicieron una demostración de pesca con cormorán, resulta que los pescadores crian una especie de pato, lo meten en el agua para que pesque peces pero los muy mamones....le atan una cuerda en el cuello para que no se los puedan tragar, de forma que el bicho vuelve hacia la barca y el pescador se queda el pez. Los pescadores silban y en un momento los cormoranes vuelven como perritos. Eso si, al final el pescador le quita la cuerda y le da algún pez como recompensa al bicho (puro comunismo).
Al acabar con la barca decidimos dar un paseo, hasta las 11 que ponen fin al chiringuito, se apaga todo y pareces volver a estar en una ciudad china. Viendo que queda un trecho para llegar al hotel y el día ha sido bastante ajetreado decidimos coger un taxi, bueno 2 porque vamos unos cuantos, nos acercamos a la entrada de un hotel y le enseñamos al taxista la tarjeta, se queda un momento pensando y aparece por la ventanilla el otro taxista, nos comienza a hacer un gesto con el dedo hasta que logramos entender que nos quieren cobrar 10 yuanes (1€) nos tememos que el hotel quede cerca pero como no tenemos ganas de dar un paso más le decimos que sí.Para acabar, lo del gesto de la mano, no sé si ya ha lo había comentado pero bueno, es un poco chorras pero igual os es de utilidad. Los chinos para indicar los números tienen unos gestos propios del 1 al 5 lo hacen con los dedos como cualquier hijo de vecino pero a partir de ahí los demás tienen gestos para seguir haciéndolos con una sola mano y no tener que usar las 2 como los bárbaros occidentales. Os dejo el link para que practiquéis:
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